En Ágreda, se transformó

Por Fr. Timoteo Martínez Gil.

Le conocí durante muchos años y coincidí con él cuando se hacía presente en Alcalá por los años 1980 en adelante. Fue un testimonio vivo para la gente que tuvo relación con él en esta parroquia de San Francisco. Por su intensidad en la oración y el recogimiento.

El hecho que viví más cerca con él fue el viaje a Ágreda (Soria). Sobre todo, el encuentro con la Madre Agreda ante su sepulcro. Fueron para él momentos intensos de oración y de emoción.

Su ejemplar vida, sus servicios y su preocupación por los pobres fueron algunas de las cosas que más calaron en los que le conocieron.

Esperemos que pronto le veamos en los altares.

Firmado por Timoteo Martínez Gil.
(Extraído del cuadernos de testimonios A 3 de marzo de 2011).