Sor Mª Pilar Maestro

Clarisa de la comunidad del Corpus. Segovia.

Fr. Jesús de la Cruz, para mí es un santo, era todo humildad, sin visiones, ni éxtasis, pero sin olvidar que todo es "gracia de Dios". Toda su vida fue testimonio de amor a Dios, un apasionado por Dios, por los hermanos, los pobres, el trabajo, hasta en el "juego", todo lo llenaba de amor apasionado por Dios. Vivió la vida iluminado, no por "hacer", sino por hacerlo por amor. Lo vi poco, pero lo que pude hablar con él, me enganchó; nos hicimos amigos por tener los mismos ideales.

Su persona irradiaba una PRESENCIA que le envolvía; la vivía en el fondo del alma. Su sonrisa demostraba paz, alegría espiritual, gozo que era contagioso. Al hablar con él noté de lo que estaba lleno: de Dios. Me dije (y aún me digo), en Fr. Jesús es realidad lo que dice San Pablo: "No olvidéis que sois templos del Espíritu Santo". Era una persona que atendía a su "interior", es decir, lo que dice nuestra Madre Santa Clara: ""No atendáis a la vida de fuera que la del espíritu es mejor".

"De la abundancia del corazón habla la lengua". Así era nuestro Hermano. Hablaba de lo que vivía y amaba. Para un enamorado es lo más fácil que existe, hablar y pensar del ser amado. Hablaba de Dios sin miramientos humanos, lo que sentía, no lo que había estudiado, era de lo que vivía.

Hablando de la oración, sabía que era lo principal de un alma consagrada. Me gustan estas frases de él: "Nada hay tan valioso en la vida como el orar; la oración es la fuerza motriz. Es el tiempo de Dios, la ciencia de las ciencias. La oración era lo que le mantenía unido a Dios, le era más necesaria que la respiración, de dónde sacaba fuerzas para el trabajo".

En el trabajo, no le quitaba la presencia de Dios. Sabía y entendía bien la vida espiritual. Cada cosa a su tiempo. Hacerlo bien todo, oración, lectura, trabajo... todo Me gustó mucho el hablar algo con él. "Mira sólo a Dios, a ser santa, lo demás... hacerlo todo BIEN por amor de Dios, tender siempre a ser santos". Riéndose me dijo: "Sí, hazlo todo por amor, trabaja por amor de Dios, así, apenas se siente el cansancio".

"Un hombre apasionado por Dios", sabía dulcificar las cosas, todos los trabajos de la mañana a la tarde. Humilde, se dejó enseñar y aprendió de un gran maestro.

El amor a la Virgen Madre, ¡cómo hablaba de Ella! Con ternura inmensa. Es Madre de Dios y Madre nuestra. ¡Estar en la MADRE! ¡Cómo perdonó a la abuela! No me cansaría de repetir: Sí, es un hermano "santo". Apasionado por Dios, por los pobres y los hermanos y obediente.