Fr. Timoteo Martínez Gil

Viaje de Fr. Jesús a Ágreda.

El día 20 de Abril de 1981, los hermanos Fr. Luis Andrés, Fr. Manuel Ortega, Fr. Timoteo Martínez y Fr. Jesús de la Cruz, emprendimos viaje hacia Soria y Ágreda, siendo uno de los fines, el acompañar a Fr. Jesús a visitar y contemplar el sepulcro de la Venerable Madre María Jesús de Ágreda, de la que estaba plenamente "enamorado". El día 20, fuimos haciendo varias paradas en el recorrido hasta llegar a Soria, visitamos la casa de piedra de Alcolea del Pinar, el Monasterio Cisterciense de Santa María de Huerta, Morón de Almazán, desde Almazán para llegar a Soria al convento de los Franciscanos, donde nos acogieron con gran hospitalidad. Esos días fueron de mucho frío y nieve. Fr. Jesús, no fue previsto de ropa de invierno, y ante el mucho frío que hacía tuvo que usar un jersey como pantalones y los hermanos de Soria le tuvieron que dejar algo de ropa.

El día 21, con frío y nieve, a primeras horas del día, nos dirigimos hacia Ágreda acompañados por el Guardián de Soria P. Ciriaco, y allí tuvo lugar el gran encuentro de Fr. Jesús con la Madre Ágreda, de rodillas con los brazos cruzados, reclinada su cabeza sobre el reclinatorio donde está el cuerpo de la Venerable Madre, allí quedó largo tiempo, mientras los demás hermanos estuvimos haciendo la visita al lugar, museo, iglesia. Fue largo tiempo el que estuvo, todo lo que le permitimos, él hubiese estado horas y horas en alta contemplación con su "enamorada" la Venerable madre. Su rostro quedó transformado y el frío físico se transformó en fuego en su corazón. Se había hecho realidad su gran sueño e ilusión poder estar con su Madre Ágreda. Fue una experiencia inolvidable para él y para los que le acompañamos. Volvimos a Soria donde seguimos nuestra visita turística acompañados por el P. Ciriaco, pasamos la noche en el convento de los franciscanos. El día 22 continuamos nuestro viaje, camino de Alcalá, pasamos por Catalañazor, Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz, Ayllón, Estebanvela, donde los padres de Fr. Timoteo nos obsequiaron con una fraterna comida, después Riaza y Torrelaguna, llegando de noche a Alcalá de Henares, fin del viaje.

"Fueron días de gran ilusión y de una experiencia excepcional. Todos llegamos encantados, siendo las iglesias los lugares más visitados. En ellas el momento de adoración y oración eran obligados" dice el P .Luis Andrés en la crónica de la casa. Y yo añado, fue un viaje feliz para Fr. Jesús, venía transformado, por el ansiado viaje que el nunca pensó realizar. Los demás veníamos contentos porque a Fr. Jesús le habíamos visto disfrutar, sentirse feliz. Se había hecho realidad su gran sueño.