El viernes 20 de Octubre de 1995 se publicó sobre Fr. Jesús de la Cruz este artículo:
Fray Jesús, la imagen viva de San Pedro de Alcántara.
-Sirvió de modelo para la estatua del Santo en Arenas. Realizada por Gabaldón.
Fr. Jesús es un personaje muy querido en Arenas y de todos los que llegan al monasterio de San Pedro de Alcántara. Este fraile de 83 años sirvió de modelo para la estatua que hoy puede verse en la plaza de la ciudad abulense.
Fray Jesús es la viva imagen de San Pedro de Alcántara, no sólo porque este religioso fuese elegido por el escultor Navarro Gabaldón como modelo para la estatua existente en la plaza de Arenas de San Pedro, sino que incluso la imagen del santo que se puede ver en el propio monasterio, datada en el siglo XVII, diríase que hubiese sido inspirada en la fisonomía que hoy tenemos ante nosotros: un fraile de 83 años de edad que sin embargo conserva una fortaleza física envidiable, pese a apoyarse eventualmente en un bastón, y que nos recibe con su hábito franciscano que en ocasiones cambia por el mono de trabajo para laborar en el huerto.
Joaquín Carlos Paredes Pérez, es el nombre con el que fray Jesús llegó hace sesenta años al Monasterio de San Pedro de Alcántara. No se ha movido (casi) nunca de este bello y sosegado paraje arenense. Su imagen se ha hecho familiar y querida para todos los feligreses de la comarca que se acercan a orar ante San Pedro, y poco a poco, a lo largo de esos sesenta años, se ha forjado una merecida fama, según quienes le conocen, de hombre bondadoso. Un detalle, no se sabe ni de donde lo saca, pero fray Jesús siempre tiene caramelos en los bolsillos para los niños, una palabra amable para todos y una fe infinita en que "Dios nos tiene reservado un mundo que la inteligencia no puede imaginar".
Este religioso, en el que pretendemos sintetizar la vida monacal en San Pedro de Alcántara y contar cómo los caminos que los hombres siguen para servir a Dios son extraños, es hijo de padres españoles, pero nació en Argentina, de donde vino a España, concretamente a Talavera de la Reina, a la muerte de su madre. Precisamente, recientemente fallecía en esta ciudad su hermana pequeña. Fray Jesús se emociona cada vez que habla de la familia, o de esa ausencia de madre que le ha llevado a tener una especial devoción a la Virgen María. También se emociona cuando recuerda aquella familia de Arévalo con la que trabajaba y que le inculcó la preocupación por la religión.
Recuerda que se había ennoviado con una chica, Antolina, que trabajaba para mantener a todos sus hermanos pequeños. Se veían cuando ella pasaba a servir la ropa que lavaba a una peluquería cercana al comercio en el que trabajaba Joaquín Carlos, quien había llegado a la ciudad abulense desde Talavera para vivir con su abuela. El noviazgo duró varios años, hasta que sintió de forma clara la llamada, "el Señor -cuenta fray Jesús- se apoderó de mí y lo invadió todo", sin embargo, sentía también amor a Antolina, que por otra parte no era del agrado de la abuela de nuestro personaje. Finalmente tomó una decisión y consultó con un sacerdote, quien le aconsejó "que siguiera la llamada de Dios porque ella será feliz por otro camino". Así lo hizo, y cuando contaba 23 años, Joaquín Carlos llegaba a San Pedro de Alcantara, eso sí, después de equivocarse y meterse en una casa de aspecto palaciego próxima al monasterio.
Recuerda con especial cariño a fray José Trinidad, al que considera su formador. Desde un principio fray Jesús se dedicó a los trabajos más duros, así suya ha sido durante este tiempo la responsabilidad del huerto, que incluso, llegó a arar con su propio esfuerzo sin más ayuda que del ingenio de construir un aparato que le hiciese más fácil, a él y a los novicios que tenía bajo su cargo, la labor. También cuidó de las sepulturas que se enterraban en la bóveda del edificio.
Pese a su edad, fray Jesús no está de espaldas al progreso, y así nos cuenta que todos los días reza al menos un par de veces el Rosario ayudado por la técnica moderna, una grabación en "casete" que le contesta, y es que ya no se reza como antes... Expresa su devoción a su modo, así que durante la celebración de la misa se le suele ver en posición de recogimiento doblado sobre sí mismo, lo que en ocasiones alarma a los presentes que creen que se encuentra mal.
Sus lecturas no son muy complicadas, asegura que desde que llegó al monasterio y accedió por primera vez a la biblioteca, lee la obra titulada Mística Casa (Ciudad) de Dios, que narra la vida de la Virgen María, a la que como hemos dicho, tiene especial veneración.
Como decimos, fray Jesús sirvió de modelo para la imagen de San Pedro de Alcántara que puede verse en la plaza Conde Dávalos de Arenas y la población extremeña de Alcántara. Para ello estuvo posando durante año y medio para el escultor conquense Navarro Gabaldón, con el que tuvo gran amistad y con el que se comprendía a la gran perfección. La elección debió responder a la imagen nervuda de fray Jesús, muy acorde con la que se describe de San Pedro de Alcántara, al que todos sus biógrafos describen como hombre de extraordinaria cultura y una fortaleza física que se hizo famosa por sus frecuentes viajes y por su constante sometimiento a auto-mortificación cuando no recibía alguna paliza de otros frailes. Pero la identificación de la persona de fray Jesús con el fundador se rubrica por su indudable parecido con la imagen del siglo XVII que preside la capilla del monasterio.
Esta circunstancia le ha convertido en un personaje admirado por todos los arenenses que le asemejan con el santo, además de por su aspecto, por su admirable bondad que manifiesta en diferentes detalles, todos ellos revestidos de la sencillez de una persona de extracción humilde que no aspira más que a la salvación de su alma. "Nosotros tenemos voto de pobreza, pero quienes verdaderamente son pobres son las madres que no tienen qué darles a sus hijos, aunque cada vez, gracias a Dios, son menos quienes tienen estos padecimientos", afirma como haciéndose perdonar lo que para él es vivir sin necesidades.
Fray Jesús se despide de nosotros prometiéndonos que nos tendrá presente en sus oraciones y mostrando algún temor por la vida moderna. Con notorio humor, nos relata que un día vio a unos jóvenes que bajaban de un autobús que llegaba de visita al Monasterio y recuerda que una chica perseguía a un chico, lo que le sorprendió singularmente. "Yo le pido a Dios que, cuando sea su deseo me lleve con él", porque teme ser perseguido por alguna mujer y que la virtud que ha conservado y por la que ha trabajado durante los últimos sesenta años se pierda en un momento y no pueda entrar en el paraíso que, sin duda, Dios nos tiene preparado a todos.
G.A.M.G.
Nacido en Argentina. A los 23 años ingresó en la orden franciscana, a la que ha dedicado estos 60 años. Está convencido de que Dios nos reserva un paraíso que la mente humana es incapaz de imaginar.