D. Cosme Díaz Sánchez

Cura Párroco de Tornadizos (Ávila).
Hoy Canónigo de la S.I.C. de Ávila.

Estando en la parroquia de Arenas de San Pedro, entre 1966-1985, conocí a personas que dejaron grandísimos recuerdos en mi vida, que aún permanecen en mí.

Aquí tuve la grandísima fortuna de conocer y de tratar a un “santo” de carne y hueso, diría yo. Aquellos PP. Franciscanos fueron siempre un estímulo y una constante llamada de Dios para una verdadera vida de santidad. Allí encontré a ese “santo” de carne y hueso: El Hermano Fr. Jesús de la Cruz. Su figura, su silueta y todo su aspecto recordaba al mismo San Pedro de Alcántara, que como dijo Santa Teresa “parecía hecho de raíces de árboles”. Alto, delgado, asceta, sereno en su porte, la mirada dulce, su palabra suave y silenciosa, daban fe de que su espíritu estaba muy unido a lo sobrenatural. Estoy seguro de que todo su ser externo expresaba su intensa vida interior en unión permanente con el Señor.

Asistía a la celebración nocturna de la Parroquia: La Adoración Nocturna. Infundía devoción verle ante el Sagrario postrado de rodillas, con sus manos metidas en las mangas de su hábito franciscano, el cuerpo encorvado, la cabeza hundida en su pecho como si todo sus ser estuviera extasiado ante Jesús Sacramentado.

Aparte de su admirable espiritualidad, también salía por la Parroquia y visitaba a familias pobres con las que charlaba y se interesaba por sus problemas y necesidades. En ocasiones les hacía arreglos en la casa o en los tejados y los prestaba cualquier servicio doméstico. Si disponía de algún dinero les ayudaba en lo que estaba a su alcance. Fr. Jesús fue el hombre bueno, cercano, cordial y el fraile “santo” y generoso entregado a los demás y sobre todo, de una gran espiritualidad, a la vez que una sencillez y simplicidad admirable. Su recuerdo me conforta y a su intercesión me encomiendo. Cualquiera persona que le conociera y recuerde su bondad, su espíritu de pobreza y su dulzura, sentirá la alegría en su corazón.

Desde el cielo nos estará ayudando e intercediendo ante el Señor.