Algunos me decían: “Es otro San Pedro”


Se parece a san Pedro de Alcántara

A fray Jesús no le importaba que le dijesen
que se parecía a san Pedro de Alcántara.
Él miraba al interior, y se quedaba tranquilo,
con sonrisas.

La calva, la estatura, la nariz,
gestos de penitencia y fortaleza,
el modo de hablar con el movimiento de las manos
tan llenas de pasión;
la oración, la postura delante de la Eucaristía.
Para el pueblo sencillo y con sabiduría
de saber distinguir la verdad de la apariencia,
fray Jesús se parecía a san Pedro de Alcántara,
a las pinturas, a las facciones que tienen los cuadros.

El cuerpo expresa cierta verdad del interior.
Los santos del Oriente hablan
de la luz que envuelve el rostro
y todo el cuerpo de los ancianos que han vivido
la purificación y clarificación sanadora.