Autor: Manuel Prieto |
El culto a las manos.
Ahí está otro de nuestro misterio, la señal de las manos,
su fortaleza y fragilidad, rapidez o elegancia,
perezosas o llenas de anillos, sin moldes y sin platas.
Es un gesto común en fray Jesús,
estar con las manos, nunca ociosas,
pero en los momentos de no ocuparse
en trabajos de herramientas o quehaceres,
la postura de un recogimiento.
Oran las manos, elevan, interpretan, codician y cierran un tesoro.
En el interior está la verdad y la belleza.
Son como una llave que encierra un tesoro
en el escondimiento contemplado. ¡Aquí!